Niños con Altas Capacidades | Desconexión con nuestros Hijos
Aún a día de hoy, la percepción general de las Altas Capacidades sigue siendo muy pobre y alejada de la realidad que viven las familias que tienen niños con esta neurodiversidad.
¿Qué es la Alta Capacidad y por qué sigue siendo un tema tabú?
Es obvio que las Altas Capacidades suponen una inteligencia superior, o quizás sería más acertado decir que su capacidad intelectual compleja está al servicio de su inteligencia, pudiendo desarrollar grandes habilidades si acompañamos esta capacidad, de mucho esfuerzo.
Las familias con niños de Altas Capacidades, a menudo sienten que su hijo o hija es diferente, aunque no sepan muy bien a qué responde. Pero si alguien les nombra las Altas Capacidades y echas un vistazo a las características más comunes en niños superdotados, enseguida esos padres sienten un pellizco en el estómago, o un vuelco en el corazón, porque ven reflejado a su hijo, en muchos casos para su sorpresa.
¿Por qué para su sorpresa?
Porque el concepto que tenemos de la superdotación, o de los niños con Altas Capacidades, no es del todo correcto, o al menos no es para nada completo.
El dato que parece que todo el mundo tiene claro que ha de acompañar una Alta Capacidad es el Cociente Intelectual. Ese número que te dan cuando evalúas a tu hija o hijo.
Sin embargo, este dato, por regla general (y de aquí en adelante siempre que afirme algo, es en términos generales y atendiendo a la percepción de la mayoría), es el dato que menos importa.
Me gustaría remontarme a ese momento en el que las familias deciden evaluar a sus hijos. Como comentaba antes, el “aviso” suele venir de alguien externo: el colegio, los profesores de alguna extraescolar, un familiar que tiene conocimientos sobre el tema…
Los padres, por sí mismos, puede que solo lo sospechen…
Pero después hacen una lista mental de cómo es su hijo o hija y descartan la posibilidad de que sea un niño de Altas Capacidades, porque “no cumple el perfil”. Aquí tenemos el primer error.
Alguien podría suponer que unos padres observan a su hijo con una precocidad importante en sus primeros años y que llegados a la etapa de primaria su niño es tan tan listo que en el cole le dicen que hay que evaluarle porque puede ser un niño de Altas Capacidades. Y esos padres, orgullosísimos, acuden felices a la evaluación a averiguar cuán listo es su pequeño.
Y te puede parecer un chiste, pero detrás de esto se esconde una triste realidad. Esto es lo que imaginan muchas personas que supone tener un niño con Altas Capacidades. Como si te hubiera tocado la lotería.
Si esto fuera realmente así, ¿Por qué seguiría siendo un tema tabú?
Muchas familias, cuando sus hijos han sido evaluados, temen compartirlo con familiares o amigos. ¿Por qué?
Porque para sorpresa de muchos, tener un hijo con Altas Capacidades, a menudo se presenta como un reto nada sencillo.
Es responsabilidad de todos que esta neurodiferencia se respete, se comprenda y se incluya en el mismo saco que otras neurodiversidades que despiertan muchísima más comprensión y empatía (que no compasión… que esto es otro tema).
La Alta Capacidad, y todo lo que le rodea, está en constante evolución.
Síntoma de la complicación que supone, es que el criterio internacional e incluso nacional, por CCAA, es de lo más dispar, no poniéndose de acuerdo en los criterios que definen los distintos niveles de AACC.
Tu hijo puede ser superdotado en Murcia y no serlo en Madrid. La incoherencia se presenta así de fría. Pero esto, en mi opinión, solo es importante para un área: las ayudas públicas.
Para todo lo demás, lo realmente importante no es si mi hijo entra o no en el baremo del Talento Simple, de la Superdotación o si es un auténtico genio (os hablaré de esto en otro post).
Lo realmente importante es detectar cuáles son las necesidades reales de nuestros hijos, tanto educativas como afectivas, para saber cómo educar a nuestro hijo.
Conocer a qué nos estamos enfrentando, en el caso particular de nuestro hijo o hija, nos dará la guía que necesitamos.
Poco a poco trataré de profundizar en temas que sé que preocupan a las familias:
Características o rasgos de los niños con sobredotación.
Diferencias entre sobredotación/superdotación y Altas Capacidades.
Qué hacer cuando sospechamos de que nuestro hijo/a sea superdotado.
Y muchos más temas, que, por supuesto, te invito a completar comentando en este post de qué te gustaría que hablásemos.
Pero para empezar por algún sitio, y dado que es mi terreno profesional, hoy quiero hablarte de la desconexión con nuestros hijos en el marco de las Altas Capacidades.
Y es que un niño con Altas Capacidades es mucho más que un Cociente Intelectual por encima de la media.
Y son esas diferencias las que hacen que las familias vivan maternidades complicadas, rodeadas de muchísimos retos.
¿Y cuáles son esas diferencias, más allá del cociente intelectual?
En primer lugar, hay una diferencia fundamental, y es el propio CEREBRO.
Parece obvio, pero la realidad es que entender que el cerebro de las personas neurotípicas y las personas con Altas Capacidades es distinto, descarta cualquier tipo de pensamiento subjetivo sobre este tema.
Y lógicamente, de un cerebro distinto, se desprenden multitud de diferencias.
Comprender esas diferencias es clave para acercarnos al niño, para crear intimidad emocional.
Voy a destacar alguna de esas particularidades o características de los niños con Altas Capacidades que, conociéndolas, podamos comprender mucho mejor cómo son y por qué se comportan así:
La disincronía:
Los niños con Altas Capacidades conviven con 3 edades diferentes, un reto complicadísimo.
- Edad biológica, la que tienen, la que marca su nacimiento. A esta edad le acompaña una serie de limitaciones psicomotrices.
- Edad mental: es siempre superior. Son niños con intereses poco comunes para su edad, que les suele gustar estar con niños más mayores, o con adultos. Las conversaciones, los gustos, los intereses, la madurez, la responsabilidad, el razonamiento, se corresponde con una edad superior a la biológica.
- Edad emocional: por la intensidad con la que experimentan todas las emociones (debido a su configuración y la Alta Sensibilidad que lleva asociada la Alta Capacidad), la sensación es que se quedan atascados en los 2-4 años. Explosiones emocionales muy fuertes, largos ratos llorando, mucha frustración, enfados constantes…
El pensamiento arborescente:
Las personas normotípicas tienen un pensamiento secuencial: un estímulo provoca un pensamiento, y de ese pensamiento se desprende otro, y de ese, otro… un pensamiento lineal.
El pensamiento arborescente de las personas superdotadas consiste en que un estímulo provoca un pensamiento, que a su vez provoca varios más, y así sucesivamente, ganando en profundidad y en amplitud, como si de las ramas de un árbol se tratara.
Esta diferencia puede provocar mucha más dispersión en las explicaciones, sensación de desorden en el discurso, dificultad para continuar un relato si son interrumpidos, etc.
La Alta Sensibilidad:
De la Alta Sensibilidad os hablaré detenidamente, pero que juega un papel importantísimo en la manera de educar a niños de Altas Capacidades.
Este puede ser el punto más difícil de gestionar y asumir para muchas familias que desconocen que sus hijos son niños de Altas Capacidades o que, aun sabiéndolo, no son conscientes de todos los rasgos que van asociados a esta neurodiversidad.
De hecho, es de este punto de donde parten muchas de las desconexiones entre las mamás o papás y los niños.
La Alta Sensibilidad puede ser sensorial (asociada a los 5 sentidos: tacto, gusto, oído, olfato y vista) y/o emocional (la manera en la que siento lo que ocurre en mi mundo, cómo interpreto lo que ocurre y vivo mis emociones).
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¿Cómo percibimos esa desconexión de un hijo en el ámbito de las AACC?
La desconexión emocional de un hijo, se sabe.
Y no es exclusivo de las AACC, puede afectar a todo tipo de familias, las veo a diario en mis asesorías.
Pero la experiencia me va demostrando que esta desconexión profunda de la que yo hablo, es más frecuente entre madres/padres y sus hijos de AACC.
Confluyen algunos aspectos que hace que sea más fácil distanciarnos emocionalmente y sufrir la maternidad, en lugar de disfrutarla.
A las sesiones de coaching, a los acompañamientos, me llegan muchas mamás con un cuadro de desconexión tremendo y en cuanto indago un poco, me aparece un niño o una niña con una sensibilidad tremenda, a menudo con indicadores de desarrollo precoz muy claros y en general, con un cuadro que bien podría encajar con una niña o un niño de Altas Capacidades.
Y las familias, a menudo, ni lo sospechan. Solo me llaman porque sienten que no disfrutan de su maternidad, que no ven a sus hijos felices y que el ambiente en casa no es bueno.
Y la explicación es muy sencilla…
La cruda realidad es que las maternidades de niños con Altas Capacidades son maternidades con mayor reto, que requieren de mucha consciencia, de mucha información, y a menudo, de ayuda.
La mamá que se siente desbordada, que no sostiene la intensidad de su hijo o hija, que tiene pensamientos (o verbaliza) “no lo soporto”, “no me gusta cómo es”, etc, enseguida conecta con este término de “desconexión”.
Y es algo que solo quien lo padece o lo vive, sabe la crudeza de esta falta de conexión.
¿Cuáles son esas características recurrentes que nos hacen desconectar, no entender y alejarnos emocionalmente?
- Baja tolerancia a la frustración.
- Perfeccionismo.
- Rigidez, poca flexibilidad, terquedad.
- Desafiantes, porque no les vale un sí o un no, necesitan explicaciones.
- Intensidad emocional, tanto las emociones más agradables como las más difíciles de acompañar.
- Negatividad, enfados constantes.
- Montaña rusa emocional.
- Bombas de relojería.
- Hipersensibilidad (“manías”, obsesiones).
- Interrupciones constantes.
Y en definitiva, malos comportamientos asociados al malestar que estos niños sienten por la incomprensión en la que a menudo están inmersos.
¿Qué podemos hacer para lograr esa Conexión con los niños de AACC?
En primer lugar, es imprescindible llevar a cabo una Crianza Conectada.
Más allá de las herramientas que las distintas corrientes nos puedan facilitar, necesitamos adultos concienciados, formados, e involucrados con estos niños y sus necesidades.
La Crianza Conectada que yo comparto ofrece un doble trabajo paralelo:
1. La re-conexión de las mamás:
La maternidad nos da la vuelta literalmente.
Pero si encima estamos ante una maternidad intensa, aún más alejada de cualquier expectativa que pudieras tener, con poco descanso, mucho desgaste, mucha demanda… es lógico que lleguemos a un punto de saturación y de bloqueo que acabemos necesitando una pequeña guía para lograrlo.
Y se puede trabajar en ello, podemos trabajar en nuestra reconexión, pero es necesario remangarse y adentrarnos en nuestras creencias, en nuestros miedos y destruir expectativas.
2. La re-conexión con nuestro hijo o hija:
De forma simultánea al trabajo personal que necesitamos hacer, hemos de dar pasitos para conectar con ellos.
Los niños con Altas Capacidades sufren, unos más y otros menos, pero viven en un mundo que no les comprende y que no se preocupa de cubrir sus necesidades. Ni siquiera de conocerlas.
El camino que tenemos que recorrer para alcanzar esa conexión, no es sencillo, pero se puede lograr.
Imagina un pequeño islote, a lo lejos, en el que da bastante el sol, y donde hay poca comida. Allí están nuestros hijos: sienten malestar y nos necesitan.
Y nosotras estamos aún lejos, y además el recorrido que nos espera es de arenas movedizas.
Pequeños pasos, sin prisa pero sin pausa, y con alguien que pueda acompañarte, alentarte y tirar de ti si las fuerzas flaquean, será lo que te haga llegar hasta tu hijo y brindarle aquello que necesita.
El recorrido, es nuestro, no de nuestros hijos.
Es necesario que les liberemos de cualquier responsabilidad que puedan sentir sobre esa desconexión que existe.
Quizás, después de leer todo esto, entiendas por qué el Cociente Intelectual apenas tiene importancia.
La Alta Capacidad infantil no es una lotería, no es un niño listo, motivado, con ganas de aprender de todo y con un gran rendimiento académico.
La Alta Capacidad infantil hay que comprenderla y acompañarla.
Porque además, en muchos casos, además de ir acompañada de una Alta Sensibilidad, puede ir asociada a otros trastornos o neurodiversidades que aún complica más un buen acompañamiento por parte del sistema educativo, de su entorno más cercano, e incluso de su propia familia.
Y pueden llegar a sentirse muy diferentes, aislados, que no pertenecen…
Así que desde este humilde rinconcito, trataré de ir dando toda la visibilidad posible, para que poco a poco, las AACC sean tenidas en cuenta o al menos, las familias, podáis acompañar a vuestros hijos como se merecen.
También te quiero contar comadre, que he creado una Newsletter específica donde os daré información exclusiva sobre Altas Capacidades y Alta Sensibilidad, suscríbete aquí para no perderte nada, recuerda, juntas sumamos.
Gracias como siempre por estar y por leerme con el mismo amor con el que yo te escribo.
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