Cómo detectar la Alta Sensibilidad en Niños y Adultos
Hay infinidad de perfiles profesionales que nos pueden dar mucha información sobre la Alta Sensibilidad y sobre Altas Capacidades a nivel teórico. No dejéis de formaros e informaros porque hay personas que verdaderamente aportan muchísimo.
Sin embargo, me nace abordar la parte más práctica. Es decir, ¿qué supone tener Alta Sensibilidad?, ¿y tener Altas Capacidades?, ¿cómo se traduce esto en mi día a día?, ¿es un trastorno?, ¿he de hacer algún seguimiento?, ¿cómo lo afrontamos con nuestros hijos?, ¿qué puede suponer identificar o evaluar en la etapa infantil?, ¿y en la etapa adulta?
Voy a compartir parte de mi experiencia, de mis vivencias y de todo lo que he podido aprender sobre ello para tratar de aportar mi granito de arena en este apasionante mundo.
¿QUÉ ES LA ALTA SENSIBILIDAD?
NEURODIVERSIDAD: CONEXIONES NEURONALES DIFERENTES.
Partimos de que la Alta Sensibilidad es una NEURODIVERSIDAD.
Quizás la siguiente pregunta que nos viene a la cabeza es… ¿y qué es una neurodiversidad?
Toda esta excitante área de conocimiento está sometida aún a una profunda investigación y son muchos los autores que van aportando y sumando conceptos en torno a todo este espectro que es la Alta Sensibilidad.
Pero lo que sí parece claro es que la Alta Sensibilidad supone que la actividad cerebral que tiene lugar ante determinados estímulos, es distinta en función de la sensibilidad de la persona.
Los neurotransmisores que entran en juego y la manera en la que estos ejecutan su labor, hace que podamos comprobar que la sensibilidad es un rasgo que podemos presentar en mayor o menor medida las distintas especies que habitamos la tierra.
Por lo tanto sí, es una neurodiversidad, pero no es un trastorno, ni una patología y por tanto no “se diagnostica”.
Se identifica.
RASGO: DEFINE NUESTRA PERSONALIDAD.
La sensibilidad es un continuo… Es decir, no existen las personas sin sensibilidad. La sensibilidad está presente en todas las personas.
Las últimas investigaciones ya no abordan la Alta Sensibilidad como PAS y no PAS (Personas Altamente Sensibles).
Un estudio reciente habla de 3 niveles, asociados a 3 tipos de flor distintos, en función de lo que cada una de ellas necesita.
Así tendríamos:
- DIENTES DE LEÓN: poca sensibilidad.
- TULIPANES: sensibilidad intermedia.
- ORQUÍDEAS: extrema sensibilidad.
Esta clasificación me parece preciosa porque nos da una idea de lo diferentes que pueden llegar a ser dos personas, niños o adultos, en función de su sensibilidad.
Ya no solo la diferencia obvia que existe entre un diente de león y un tulipán, o un tulipán y una orquídea… sino entre ellas…
No creo que existan 2 orquídeas iguales, ni los tulipanes son todos del mismo color, ni el diente de león es una copia de otro con ese mismo nombre.
FORMA DE VIVIR Y DE SENTIR: ACEPTAR
¿Verdad que nunca se nos ocurriría leer un libro acerca de cómo tener un bonito tulipán si lo que nos han regalado es una orquídea?
La orquídea es maravillosa, al igual que el resto de plantas y flores. Tiene sus particularidades, y no podemos ofrecerle los mismos cuidados que a un diente de león.
Si regamos, atendemos y proporcionamos a la orquídea aquello que realmente necesita, podrá ser una bella planta con unas flores sanas y preciosas.
Pero si la regamos, atendemos y proporcionamos como si fuera un diente de león, no lograremos tener ni el diente de león que anhelábamos, ni una bonita orquídea porque esta, probablemente, se irá marchitando a medida que sus necesidades no estén siendo satisfechas.
Las personas de Alta Sensibilidad vivimos y sentimos diferente.
Dejar de negarnos y aceptarnos en toda nuestra esencia, nos permitirá tener una buena tierra, un buen abono para crecer y mostrarnos al mundo sin máscaras.
¿CÓMO SE DETECTA LA ALTA SENSIBILIDAD?
Me gustaría resaltar que, según los últimos estudios, parece que la Alta Sensibilidad puede venir condicionada por 2 elementos:
- Sensibilidad genética (en un 47%).
- Sensibilidad ambiental (en un 53%).
Esto significa que, por un lado, es frecuente y razonable identificarnos nosotras como mujeres PAS cuando descubrimos la Alta Sensibilidad de uno de nuestros hijos, puesto que el componente hereditario parece ya más que demostrado.
Y, por otro lado, vemos cómo esta carga genética, no es la única que condiciona este rasgo, sino que hay un factor importantísimo que es la sensibilidad que mostramos y tenemos en función del entorno en el que vivimos.
Hay numerosas páginas y Test de Alta Sensibilidad que nos pueden ayudar a su evaluación, aunque este dato no debería ser el único a tener en cuenta.
Detección de Alta Sensibilidad en la Etapa Adulta.
El test más fiable y más completo que existe en este momento para la etapa adulta, desarrollado en 2020 por Michael Pluess, nos plantea 12 elementos que evaluamos en una escala de 1 a 7.
Con el resultado, nos dará una aproximación sobre si nuestra sensibilidad es baja, media o alta.
Y me apetece compartir contigo algunas de las cuestiones que se abordan en esta evaluación, para que puedas ir reflexionando sobre algunas de estas áreas, ya que, como comentaba anteriormente, no se trata de abordar la Alta Sensibilidad desde un resultado en un test, sino que mi invitación va orientada a una mayor reflexión, en más profundidad, sobre cómo somos y cómo sentimos, cómo fuimos de niñas, qué nos provocan algunos recuerdos al leer estas preguntas, etc.
- ¿Te abrumas fácilmente por cosas como luces brillantes, olores fuertes o telas?
- ¿Tienes una vida interior rica y compleja?
- ¿Sientes nervios cuando tienes mucho que hacer en poco tiempo?
- ¿Te esfuerzas por evitar las películas y los programas de televisión violentos?
- ¿Los cambios en tu vida te desequilibran?
- ¿Te molestan los estímulos intensos, como ruidos fuertes o escenas caóticas?
- ¿Realizas peor tus tareas cuando alguien te observa o examina?
Detección de Alta Sensibilidad en la Niños y Adolescentes.
En el caso de niños y adolescentes, ni que decir tiene la importancia de poder medir este rasgo. Como hemos visto, el entorno en el que se desarrollen las personas altamente sensibles afectan o influyen de manera importante, no es solo la condición genética.
En entornos positivos, podremos desarrollar la parte favorable de la Alta Sensibilidad.
En entornos negativos, potenciaremos los inconvenientes de la Alta Sensibilidad.
Por ello, en etapas tempranas podremos apoyar los talentos y prevenir las desventajas.
El trabajo que realicemos en estas etapas, condicionará notablemente cómo afrontemos nuestra adultez.
Identificar este rasgo contribuirá a que nuestros niños:
- Crezcan con una mayor autoestima: cuanto más me conozco, más puedo aceptarme y valorarme.
- Aprendan e identifiquen su vulnerabilidad.
- Puedan prevenir los entornos negativos.
La escala más fiable para medir la Alta Sensibilidad en niños y adolescentes y así poder tener esa aproximación a una conclusión veraz, aborda preguntas como:
- Mi hijo/a se da cuenta cuando las pequeñas cosas han cambiado en su entorno.
- Los ruidos fuertes hacen que mi hijo/a se sienta incómodo/a.
- A mi hijo/a no le gusta ver programas de televisión que tienen mucha violencia
- A mi hijo/a le resulta desagradable que sucedan muchas cosas a la vez.
- A mi hijo/a no le gusta cuando las cosas cambian en su vida.
- Cuando alguien observa a mi hijo/a, se pone nervioso/a. Esto hace que mi hijo/a rinda peor de lo normal.
Reflexión, Observación, Introspección…
De la misma manera que en la Alta Sensibilidad en adultos, proponía una reflexión y un trabajo de observación e introspección para poder sacarle el máximo partido a esta herramienta, creo que merece la pena que estos test para niños y adolescentes, exista un análisis profundo sobre todo lo que rodea al niño o la niña y así poder detectar si la sensibilidad ambiental está “cuidando” y potenciando todas sus ventajas o talentos, o si por el contrario, estamos proponiendo un entorno que pudiera estar afectándole negativamente.
En las asesorías individuales podemos trabajar profundamente en estos test y en las consecuencias de todo lo que rodea al niño o la niña para establecer unas pautas que aporten la mayor armonía, equilibrio y serenidad a su persona y por tanto al ambiente familiar.
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