6Sepvictimas de violencia

Niños víctimas de violencia

Este tema siempre levanta ampollas entre las que estamos en la crianza respetuosa.

Pero es necesario darle visibilidad comadres, ya que la violencia infantil es algo que se mantiene, AÚN MUCHOS PADRES PEGAN A SUS HIJOS.

El cachete que muchas familias practican y defienden tiene unas consecuencias dramáticas. Sí, dramáticas.

Y no hablo sólo de los casos del maltrato o abuso infantil en el hogar que no vemos. Hablo del maltrato y castigo físico en el parque, en el súper, por la calle.

No exagero, no lo saco de contexto. Este tipo de violencia y formas de abuso machaca la autoestima de nuestros hijos tanto o más que decirle «eres la escoria más inmunda de esta casa y no mereces mi cariño ni mi respeto».

¿Le dirías algo así a tu hija o a tu hijo?

Cuando pegamos a un niño le estamos enseñando muchas cosas…

  • No tengo por qué respetarte (pero tú a mí sí).
  • La forma de aprender, es usando la violencia.
  • Los conflictos, se resuelven con violencia.
  • Teme a tus mayores porque pueden hacer contigo lo que quieran.
  • Debes someterte a mi voluntad y por la fuerza.

Cuando esa criatura tenga que relacionarse con el mundo, con otros niños, con otros adultos… ¿qué herramientas les has ofrecido para establecer relaciones sanas?

Tengo claro que no somos nadie para meternos en la vida de los demás… pero también sé que hay límites que no deberíamos permitir.

¿Tenemos que callarnos cuando presenciamos un azote, un tortazo, una colleja o cualquier otro tipo de abuso o maltrato físico?

Imagina que estás en un restaurante y tienes una pareja sentada a tu lado. De repente uno de ellos comienza a darle collejas al otro para que coma bien, o para que se calle o se siente correctamente. Y ves como la persona agredida se somete mientras el agresor se ensaña con algún tortazo y desprecios varios.

¿Qué harías? Si presencias una escena así entre adultos, ¿Cómo actuarías?

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Esos niños son VÍCTIMAS... de los vacíos y las carencias de sus propios padres, y los adultos que estamos alrededor.

Entiendo que los adultos tenemos nuestra propia historia, nuestra mochila…

Entiendo que a nosotros nos enseñaron así, que fue el modelo para muchos de nosotros.

Pero ahora somos adultos. Lo que sufrimos de niños lo tenemos que trabajar, cada cual donde necesite. Pero esto no está reñido con asumir nuestra responsabilidad hoy.

Pegar a un niño es no hacerte cargo de tus vacíos. Es volcar la porquería que llevamos sobre los más inocentes.

Demos voz a esta violencia que está tan socialmente aceptada, incluso entre los propios miembros e la familia.

En este artículo de Save the Children, Violencia intrafamiliar un término mal utilizado, explican con todo detalle porqué es importante llamar a las cosas por su nombre.

Si tienes cerca niños que sufren este maltrato, este abuso, a ojos de todos, no juzgues a su madre ni a su padre. Empatizar con ellos y busca la manera de ayudar…

Una conversación.

Un libro.

Una experiencia.

Un abrazo

Un «¿puedo ayudarte?»

Ahora bien, incluso en el peor de los casos, donde no seamos capaces de empatizar de esta manera, incluso si nos sale desde la indignación, o desde el juicio, la lección o el «basta»… siempre será mejor que no hacer nada.

Ojalá alguien me hubiera confrontado cuando yo estaba ahí.

Ojalá alguien me hubiera puesto la cara colorada defendiendo a mi hija.

Ojalá alguien hubiera decidido darle voz a ella y no respetarme a mi y mi forma de educar.

Quizás hubiera reaccionado fatal, pero estoy segura de que me habría replanteado muchísimas creencias. Y si no, al menos mi hija habría sentido que no estaba tan equivocada sintiendo lo que sentía.

Seguimos Comadres…

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